Para conseguir esto se usaron diferentes sistemas de monitorización, tanto de suelo, para registrar por ejemplo el grado de humedad o temperatura, como drones.
Participación de Cartogalicia
Cartogalicia participó dentro de este grupo multidisciplinar diseñando y creando una solución que convierte a un dron en una potente herramienta de análisis, que ofrece al agricultor un detallado ortomosaico de su zona de cultivo asignando a cada píxel coordenadas precisas. Con estas detalladas imágenes aéreas se consigue saber con gran exactitud en qué punto exacto se encuentra cada zona de cultivo, lo que permite tomar decisiones que aumentan exponencialmente la calidad de la plantación y permiten reducir costes.
En este proyecto que tuvo una duración de dos años, Cartogalicia creó una solución que sincroniza los disparos de los sensores de una cámara RGB de 24 megapíxeles, con una cámara multiespectral de alta resolución. Además, diseñó un sistema de fijación de todos estos componentes en el propio dron. A partir de aquí y con un receptor GNSS, se registra la posición precisa de cada disparo en intervalos inferiores a un segundo.
Una vez finalizado el vuelo del dron se descargan las imágenes, las cuales tienen asociadas unas coordenadas muy precisas. Con estas capturas y mediante el uso de softwares profesionales de fotogrametría, se obtienen diferentes composiciones que permiten analizar en profundidad la salud de cada cultivo atendiendo a su fase de crecimiento fenológica. Para ello, se combinan los mapas de reflectancia obtenidos a partir de las imágenes multiespectrales, con lo que se calculan una serie de índices de vegetación. Estos índices de vegetación representan, entre otros, valores de clorofila, estrés hídrico, se pueden detectar plagas, ayudan a discriminar el suelo… El análisis de estos índices es muy importante para que el cultivo se desarrolle correctamente y se detecten zonas de actuación para prevenir una disminución de la producción,